Eligieron ese espacio de tránsito habitual para residentes y turistas como parte de una jornada misionera organizada por las parroquias del sur del distrito. La iniciativa buscó promover valores comunitarios, esperanza y contención espiritual.
Una historia con pasado oscuro
Según relató el padre Gabriel Mestre, la escultura entronizada apareció hace más de 25 años en la Bahía de Samborombón con estupefacientes ocultos en su interior. El Juzgado Federal de Dolores intervino y la entregó al entonces obispo Macarone, quien decidió que la imagen quedara en Villa Clelia.
“Colocar esta imagen aquí busca ser un signo de vida frente a todo lo que atenta contra ella. Queremos que quienes transiten este lugar se sientan acompañados, cuidados y recibidos bajo el manto de María”, expresó Mestre.
El obispo Juan Ignacio Liébana también destacó el valor simbólico de la imagen: “La Virgen de Fátima, patrona de la paz, nos invita a vivir de otro modo: con más respeto, más diálogo y más empatía”.
“Este es un espacio de tránsito y de vínculos, y queremos que quienes pasen por aquí sientan su presencia como una caricia al alma”, agregó el obispo durante la bendición.
El intendente Juan de Jesús acompañó la celebración junto a su gabinete. En diálogo con la comunidad, resaltó la importancia de “revalorizar los espacios públicos con símbolos que transmitan unidad y fortaleza espiritual”.
Una jornada de fe y encuentro
La jornada misionera incluyó visitas a hogares, plazas y espacios públicos de Villa Clelia. También hubo actividades recreativas para niños en el merendero Pastorcitos de Fátima y concluyó con la celebración de la Santa Misa.
“La propuesta se centró en el encuentro fraterno, la renovación del bautismo y la transmisión de un mensaje de fe y esperanza”, explicaron desde la organización parroquial.