En esta misma línea, el Obispo manifestó que “podemos armar toda una serie de cáscara o de vidriera o de espectáculo, pero nos olvidamos del actor principal de la Navidad, que es Jesús”, ya que recordó que en esta fecha “celebramos el nacimiento de Jesús”. Por ello su mensaje fue claro: “No olvidarnos de Jesús”, independientemente de la manera en la cual se celebre la Noche Buena, ya que subrayó que “lo importante es que en ese ratito que nos juntemos poder tener un pensamiento dirigido a Jesús, acordarnos que en esa noche vino Dios y se hizo uno de nosotros, para que nosotros pudiéramos recordar nuestra dignidad divina de nuestra vocación, que estamos llamados al cielo, a estar con Dios”.
Lo cierto es que Liébana señaló que “si la Navidad es comprar más, salir desesperados a llenar la heladera o los placares con ropa nueva, acaparar, aparentar, me parece que ahí le estamos pifiando”, ya que en definitiva recordó que “el centro de la Navidad es un niño frágil en un corral”, por lo que hizo hincapié en “acordarnos de la humildad de Dios”, ya que sostuvo: “La Navidad nos impulsa a encontrarnos, a salir de nosotros hacia el otro, a reconciliarnos, a crear comunidad, porque nadie se salva solo. Por qué no sentar en nuestra mesa a alguno que por ahí está solo, por qué no llamar a alguien que por ahí hace tiempo que no llamamos. Cuando la Navidad nos mueve a eso, es una verdadera Navidad”.
Por último, el Obispo mencionó que estará visitando el partido de La Costa para los festejos del 31 de diciembre, ya que estará presente en el Centro Misional San Francisco de Asís, en el barrio Las Quintas de Santa Teresita, para celebrar la misa y recibir el nuevo año, al tiempo que el 1° de enero indicó que “a las 11:30 horas celebraremos la misa por Tomás Tello, para hacer memoria, pidiendo justicia y pidiendo también por nuestros jóvenes”.

Lic. Graciela Marker