16/04/2024 - Columna
Provincia de Buenos Ayres, ¿pueblo o pueblos?La provincia de Buenos Ayres sobresale en el escenario argentino por una serie de características distintivas que la separan del resto de las provincias del país. Desde su posición como epicentro político y económico hasta su histórico papel durante el S.XIX, pasando por su densa población y su compleja diversidad étnica y cultural, Buenos Ayres ha sido un crisol de influencias y tensiones a lo largo de su historia. Estos elementos, de alguna manera, contribuyeron a que haya mantenido una "singularidad" dentro del contexto de la identidad nacional.
Esta singularidad nos plantea un interrogante fundamental: ¿Buenos Ayres es un pueblo unificado o una amalgama de identidades diversas? Mientras que las históricas provincias argentinas suelen identificarse con claridad en torno a caudillos federales y símbolos provinciales, la identidad bonaerense parece esquivar estas categorías tradicionales, desafiando las nociones convencionales de cohesión social y pertenencia comunitaria.
Un dato curioso, desde la fundación de la ciudad de La Plata, se han sucedido 93 gobernadores en 143 años. Solo 44 surgieron por elecciones democráticas, entre Dardo Rocha y Axel Kicillof, 15 nacieron en tierra bonaerense, 4 lo hicieron fuera de la provincia y los demás en la Capital Federal. Del conjunto de gobernadores, solo uno nació en la ciudad de La Plata, Anselmo Marini (1963-1966).
Entonces, ¿qué implica tener una identidad propia? Significa establecer patrones de cultura política y comportamientos morales distintivos. Significa forjar un pacto de convivencia entre los bonaerenses basado en el orgullo de habitar una provincia que ha sido cuna de líderes como Yrigoyen, Perón, Evita, Dorrego y Rosas, así como también del icónico personaje literario Martín Fierro. También significa reconocer y abordar las desigualdades sociales, geográficas y educativas que persisten en la provincia.
En definitiva, la falta de una identidad provincial cohesiva en Buenos Ayres plantea desafíos significativos para la constitución de una comunidad más justa y solidaria en la provincia. Para abordar esta cuestión, es crucial fomentar un diálogo abierto y constructivo sobre quiénes somos y explorar formas de promover un sentido de comunidad compartida entre todos los bonaerenses. Solo entonces Buenos Ayres podrá dejar de ser una "rareza" identitaria y encontrar su lugar dentro del rico tapiz de la identidad nacional argentina.
Luis Gotte La pequeña trinchera |
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