La Armada Argentina se prepara para dar de baja sus aviones de combate Super Etendard, emblemáticos por su participación en la Guerra de Malvinas de 1982. La decisión obedece a la imposibilidad de mantenerlos operativos por la falta de repuestos, producto de restricciones internacionales y la descontinuación de componentes clave.
Cinco de estos cazas, de origen francés, llegaron al país en 1981, un año antes del conflicto armado con el Reino Unido, y tuvieron un rol destacado durante la guerra al atacar y hundir buques británicos. Sin embargo, desde hace tiempo permanecen en tierra, sin capacidad de vuelo.
A estos se suman otros nueve Super Etendard que llegaron después del conflicto, también adquiridos en el contrato original con Francia, pero que no llegaron a participar en combate. Todos ellos serán desafectados del servicio.
En 2018, durante una visita oficial del entonces presidente Mauricio Macri a Francia, Argentina compró cinco unidades más del modelo Super Etendard Modernisé, recientemente retiradas de la Marina francesa. El contrato, por 14 millones de euros, no pudo concretar su objetivo: ninguna de esas aeronaves pudo volar en territorio nacional.
Uno de los principales obstáculos fue la imposibilidad de conseguir los asientos eyectables Martin Baker Mk 4A, fabricados en el Reino Unido, país que impuso restricciones para la venta de material bélico a Argentina tras la guerra. Aunque existía la alternativa de adquirir asientos similares de la empresa estadounidense Task Aerospace, según indicó el ex canciller Jorge Taiana, también faltaban numerosos repuestos franceses ya discontinuados.
Frente a este panorama, todo indica que tanto los históricos Super Etendard como los modernizados quedarán fuera de servicio, marcando el fin de un capítulo importante de la aviación militar argentina.