Como cada año desde 1980, Villa Gesell fue escenario de una nueva edición de la Paella de la Amistad, uno de los momentos más esperados de la Fiesta Nacional de la Diversidad Cultural. Con una paellera de seis metros de diámetro instalada a cielo abierto, el espectáculo culinario volvió a congregar a residentes y turistas en una celebración que combina gastronomía, identidad local y participación comunitaria.
La preparación de esta emblemática receta estuvo nuevamente a cargo de Cristóbal Cortez y su familia, quienes regresan año tras año para compartir con la comunidad una elaboración que ya es parte del patrimonio cultural geselino. En total, se utilizaron más de 300 litros de caldo, 36 litros de aceite, 300 kilos de pollo, 135 kilos de arroz, media ristra de ajo, 50 kilos de morrones y chauchas, junto con más de 100 latas de arvejas y puré de tomate. A estos ingredientes se sumaron 320 kilos de mariscos, mejillones y langostinos frescos, que completaron el tradicional plato.
El intendente Gustavo Barrera, presente en el evento, destacó el valor simbólico de la paella como punto de encuentro entre vecinos y visitantes. Por su parte, el secretario de Turismo, Cultura, Educación y Deportes, Emiliano Felice, subrayó el crecimiento sostenido de esta propuesta, que ya se consolida como una de las actividades más convocantes de la agenda cultural geselina.
La Paella de la Amistad no solo es una celebración del sabor, sino también un reflejo de la identidad plural y hospitalaria de Villa Gesell, en el marco de una fiesta que cada año reafirma su espíritu de diversidad.