Los propietarios son de Ciudad Evita, y junto con su concuñado, construyeron dos dúplex  en la calle Jujuy, cuando en el barrio no había prácticamente inmuebles, fue “castigado” varias veces tanto uno como otro dúplex, habiendo o no gente habitándolo… por último enrejaron hasta la puerta de calle.

En la madrugada del lunes al martes, entre la 1 y las 5 de la mañana, ingresaron al domicilio (se supone) un grupo de malvivientes, quienes destruyeron las cerraduras de la reja y la puerta de madera la hicieron pedazos para poder ingresar.

Hasta la mañana siguiente que un vecino vio la puerta abierta nadie se percató del robo.

Ya no solo las calles solitarias de hace 30 años, hay vecinos en un 70 % de las viviendas tanto en Jujuy como en Andrade, sin embargo con total impunidad los malvivientes ingresaron a la vivienda, y se llevaron, televisor, horno eléctrico, una heladera, la ropa de tres camas, un aparato de DirecTV, una pava eléctrica, un conservadora, una bordeadora, una aspiradora, y otros elementos más, dejando sobre la mesa una procesadora y una caña que al final no llevaron.

Los vecinos se pusieron en contacto con los damnificados y fueron en su nombre e hicieron la denuncia en la Comisaría 4ª, hicieron arreglar las puertas… porque son una familia muy querida.

El propietario no puede viajar de forma inmediata por compromisos en su lugar de origen… sin embargo manifestaron su decepción, y su tristeza, y su bronca, porque todos sabemos que es difícil que haya  delito 0, pero que roben con total impunidad, también es difícil de explicar.

Lo cierto es que la “estrategia” del Ministro Ritondo de no permitir a las fuerzas policiales información sobre la seguridad, es un gran fiasco, porque eso no termina con los robos… ¡Solo los esconde! Y además no permite que haya una estrecha colaboración entre la comunidad y la Policía local y bonaerense.

No se puede juzgar por un hecho aislado la seguridad, pero el que no sabe tiene derecho a presumir cualquier cosa, y si suceden este tipo de robos, tiran por tierra desde los esfuerzos de la Municipalidad en apoyo de la Policía, hasta los esfuerzos de los efectivos policiales por mantener a raya el delito.

Esto no sucedió en una oscura calle de las “afueras” de San Bernardo, esto ocurrió a dos cuadras y media de la Policía Distrital. Es el camino obligado de todas las dotaciones, que con movilidad o a pie van allí, es decir robaron en las propias barbas de los efectivos policiales, y no de una forma sutil, sino destrozando las dos puertas de ingreso.

Como vecinos nos duele, porque ahora la mayoría de los efectivos policiales son vecinos nuestros y por lo tanto los vemos patrullar seguido estas calles, pero robaron y se llevaron objetos pesados como lo son una heladera, esto no se carga en un auto, no se transporta en una moto, tuvieron que cargar en una camioneta cuando menos, igual que la ropa de cama, que es liviana pero ocupa mucho espacio.

La última pregunta que se hacen los damnificados es ¿Quién compra estos elementos, donde los venden?

Luis Toro