Sin hacer mención de cuestiones psicológicas, cuando hablamos de dientes, muelas y dentista, nuestra cara se transforma. Hay un rechazo innato a todo lo que sea dolor en la boca. Opinión se reunió con la Doctora Cristina Russo, Odonto-Pediatra, Matric. N° 30611. Integra el Colegio de Odontólogos de la Provincia de Buenos Aires. Lleva varios años atendiendo, y haciendo prevención en San Clemente del Tuyú. Russo es una persona vital, se hace amiga de sus pacientes, amiga y compinche, porque no es fácil que los niños accedan alegremente a ir al dentista. En el caso de Cristina, los chicos van contentos a la consulta. Ella matiza, cuenta cuentos, los laboratorios le entregan kits de productos odontológicos, y los chicos los reciben contentos con las instrucciones para el uso. “Luchamos por la salud”. Dra. Russo: “La palabra “paciente” da la idea de una persona pasiva, sufriente, “que espera”. Y no es así como considera la odontología preventiva actual, a la persona que acude a un consultorio en busca de Salud Bucal; deseamos que esta persona sea protagonista en la defensa de su salud. Es otro el enfoque: no luchamos contra la enfermedad, luchamos por la salud. Ese es nuestro objetivo: la salud bucal, que lleva implícita la salud general2. “Para defenderla debemos darle al paciente una buena información; breve y simple, un claro concepto de qué es Salud; pero no sólo es información lo que les brindamos: tenemos que trabajar sobre su conducta, al concientizarlo sobre la responsabilidad que le cabe en el trabajo que emprenderemos. Trabajo que redundará no sólo en impedir que enferme, sino que disfrute de estar sano, y lo valorice”. “Tendremos, así, en el paciente, un valioso aliado, un activo colaborador, que seguirá nuestras indicaciones, no faltará a las citas, traerá los elementos que le solicitemos, y participará con ideas creativas, ya que todo él está involucrado, no solo sus muelitas”. “Y es increíble lo que pueden crear los niños cuando se interesan, se sienten parte importante en una situación, y sienten el respeto con el que son tratados y escuchados, pues les estamos enseñando a respetar y a escuchar. Y ser veraces siempre, en toda situación, por atemorizante que parezca: con la verdad ganaremos siempre”. “El niño es muy perceptivo, muy sensible y muy agradecido: si respetamos su cansancio, su temor, nos lo agradecerá con creces. Nuestra, será la satisfacción de comprobar cómo crece en salud y en conocimientos, que le servirán para su vida futura, y la de sus familiares”. Lo que debemos saber. Dra. Russo: 1.- Los dientes temporarios ó “de leche” comienzan a aparecer aproximadamente a los 6 meses de edad, y a los 30 meses, el niño tiene ya sus 20 piezas dentarias. 2.- Estos dientes temporarios deben conservarse sanos hasta su recambio, que comienza a los 6 años (incisivos); y termina entre los 9 y 10 años (molares). 3.- Para conservar la salud de éstos dientes temporarios debemos tener en cuenta, 3 reglas.A- Consumir la menor cantidad de azúcares posible, y con poca frecuencia. B- Cepillar los dientes después de cada comida. C- Fortalecer el esmalte dentario, de la manera que nos indique nuestro odontólogo, al que visitaremos con la frecuencia necesaria. 4.- A los 6 años aparece el primer molar permanente, por detrás de todos los temporarios, y es “para toda la vida”: no se cambia más. 5.- Los microbios que existen en la boca, utilizan los azúcares de la dieta para adherirse a los dientes, y formar la placa bacteriana, que es la responsable de la aparición de la caries. 6.- La PREVENCIÓN no sólo se realiza en los niños, sino que los adultos también pueden evitar que sus dientes se enfermen. 7.- La suma de todos los métodos preventivos, hace que sea mayor la responsabilidad de mantener sus dientes sanos. 8.- Los controles periódicos por parte del profesional, aseguran que el programa preventivo se cumpla fielmente, y permiten al odontólogo evaluar y, eventualmente, modificarlo, de acuerdo a las características de cada niño en particular. 9.- El programa preventivo no evita que el niño tenga que ir al dentista: sólo le ahorra dolores y problemas. Tiene que ir SIEMPRE para controles, eliminación de placa y aplicaciones fluoradas. Pero esto no lo traumatiza: es agradable para él, y le crea un hábito muy beneficioso: Estamos ante una niña o niño que es; RESPONSABLE DE SU SALUD BUCAL. Lilia Galarza (Gala)